Aunque tu empresa no trabaje especialmente a través de Internet, tus clientes lo usarán para compararle a tus competidores.
Si no tienes una página web, simplemente no llamarán, pero no basta con tener una web: debe ser profesional, debe encajar con la imagen de tu empresa, debe reforzar su mensaje. Es mejor una web pequeña pero bien diseñada, que una mayor pero mediocre.